Por: Araceli Virrueta
Profesional en Ciencias de la Comunicación
Generalmente vemos la innovación como esa oportunidad de abastecer con equipos de cómputo e internet la biblioteca para que el usuario pueda encontrar la información que busca haciendo uso desde un libro virtual hasta el buscador web común, pero ¿Qué pasaría si todas las bibliotecas, pero especialmente las públicas funcionaran como incubadoras tecnológicas? Te explico:
Las bibliotecas públicas, se encuentran frecuentemente ante el reto de la innovación tecnológica para sus usuarios que, en ocasiones, pierden el interés en estos recintos. América Latina cuenta con una población con acceso a Internet que sobrepasa el 53%, sin embargo, según cifras de Think with Google, la mitad de las empresas de LATAM no encuentran trabajadores con las cualidades digitales que necesitan. Por otra parte, un informe generado por la Comisión Económica para América Latina del CEPAL, explica que existe una gran necesidad de profesionales con competencias digitales que excede por mucho al empleo.
Basados en esa información y sabiendo que las bibliotecas públicas son, por naturaleza espacios para innovar, almacenar y desarrollar conocimientos que, con el equipo humano adecuado podrían hacer posible la capacitación en competencias digitales significando una oportunidad para el bibliotecario actual y la biblioteca misma de ofrecer sus servicios como incubadora tecnológica apoyando así a su comunidad en la innovación tecnológica.
En la presentación “Coding for Everyone: How your library can help anyone to code”, Kelly Smith para Prenda, describe que las bibliotecas públicas son lugares ideales para la enseñanza de destrezas tecnológicas porque ofrecen recursos comunitarios, es decir, son lugares de confianza para las familias; son abiertas para todos, de manera que quien lo necesite puede aprender de forma gratuita en un ambiente que promueve la igualdad de oportunidades en el desarrollo de destrezas tecnológicas; las bibliotecas, brindan la infraestructura necesaria al estar equipadas con computadoras, software, conexión a internet, etcétera.
En el “Catálogo para la innovación en bibliotecas públicas” publicado por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe se hace una breve reflexión de la innovación en las bibliotecas haciendo hincapié en: “Dentro de las Cinco leyes de la bibliotecología de Ranganathan postuladas en 1931, la última declara que “la biblioteca es un organismo en crecimiento” … “en la actualidad esta ley es una invitación a reconocer que la biblioteca no es estática, que debe estar dispuesta al cambio, pero sobre todo a innovar, pensando en las necesidades de sus comunidades, con las herramientas y recursos a su alcance, y el mejor insumo disponible: la información”.
Para lograr un modelo de biblioteca pública como incubadora tecnológica podríamos considerar los siguientes puntos:
Utilizar los espacios y servicios; podríamos crear bootcamps, laboratorios, clubes tecnológicos e incluso eventos que involucren el networking.
Cambiar el concepto de préstamo tradicional de libros por equipos tecnológicos.
Crear espacios con asesorías y herramientas para la comunidad.
Con los puntos anteriores podremos sacarle mayor y mejor provecho al Internet, la tecnología y al rol educador que naturalmente tiene el bibliotecario.
Iniciativas como éstas ya existen en algunos países como Londres en donde el programa "Library of Things" , es un espacio para alquilar “cosas del mes” a precios muy bajos, así como los espacios de coworking en bibliotecas. En la Biblioteca Pública de Fayetteville están los Fab Lab, que se les proporciona a sus usuarios el hardware y software necesarios para realizar distintos proyectos y actividades. En América Latina, encontramos las oficinas para trabajadores y estudiantes en la Biblioteca Viva de Chile. En países de América Latina en constante crecimiento en el sector educativo, siempre será un buen momento para implementar estos espacios en nuestros recintos en un área que poco ha sido explorada y explotada en América Latina.
Ahora, con un panorama más amplio sobre el tema podemos notar que es una excelente manera de comenzar a ver la biblioteca pública como una incubadora tecnológica apta para todo aquél que desee adquirir este tipo de habilidades, lo que a su vez traería un mayor flujo de usuarios, beneficiando tanto a la biblioteca misma como a sus empleados.
Es real que la tecnología poco a poco cobra mayor importancia en nuestras vidas y nuestro deber como especialistas de la información es adaptarnos a los nuevos medios que se nos presentan y qué mejor que aprovechando los beneficios que traen consigo.
Si conoces alguna biblioteca pública que esté desarrollando actividades de incubadora tecnológica, por favor deja tu comentario para que muchos bibliotecarios y usuarios conozcan estas experiencias y las puedan usar para transformar a la sociedad. ¡Te leo!
Líder Invitada. Araceli Virrueta. (México) Profesional en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de México. Analista de Marketing y experta en conceptualización de estrategias comunicativas en IGNITE Online.
Formación y dinámica experiencia profesional, con aportaciones de valor estratégico a las organizaciones en el sector de TI mediante la generación de contenidos en el ecosistema digital.
Redes y contacto: LinkedIn: Araceli Virrueta Flores
Correo: araceli.virrueta@igniteonline.la
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