Par Académico
Cuando la mirada de las directivas universitarias hacia sus bibliotecas es considerarlas como un recurso más dentro de la institución, se hace necesario un llamado especial a quienes realizan los ejercicios de autoevaluación y de aseguramiento de la calidad, así como a los responsables de las bibliotecas de las universidades y demás instituciones de educación superior de Colombia y del mundo.
Es fundamental que los primeros reconozcan y den toda la importancia que evidentemente tienen las bibliotecas universitarias en el proceso para aportar y apoyar las solicitudes de registro calificado y de acreditación de alta calidad de programas e instituciones; y que los segundos se compenetren con los modelos de aseguramiento de la calidad interpretando y traduciendo las exigencias de estos en su gestión al frente de las bibliotecas.
Las bibliotecas son parte fundamental de las universidades; pensar en las universidades como centros de formación es hacerlo también en sus bibliotecas como el lugar – casi sagrado – de acceso al conocimiento. Es más, existen universidades en el mundo que son mucho más conocidas por sus bibliotecas emblemáticas que por la misma universidad o como dijera alguna vez un rector "la universidad gravita alrededor de su biblioteca".
Durante muchos siglos las bibliotecas han albergado material físico; hoy por hoy cuentan además con colecciones en formatos electrónicos o de acceso virtual. La posibilidad de las bibliotecas universitarias para acceder al conocimiento sigue siendo determinante en la formación universitaria y por ello, en la medida en que hay mayores exigencias en cuanto a la calidad de la educación superior aumentan también las exigencias de calidad para las bibliotecas.
¿Cómo contribuyen las bibliotecas universitarias a la calidad de la educación superior?
Una biblioteca universitaria debe ser soporte de los programas académicos con una colección amplia y suficiente de libros de texto, referencia o consulta, que requieran los estudiantes, además de permitir a los profesores mantenerse actualizados en sus campos de conocimiento y de especialización para que puedan desarrollar su labor docente. Esto significa una gestión permanente de adquisición y renovación de material bibliográfico orientada a mantener actualizadas las colecciones. Los libros electrónicos como complemento a los de formato físico son una excelente oportunidad en ese sentido, debido a las grandes posibilidades que ofrecen de ampliación de la cobertura con licencias de uso en ocasiones ilimitadas, a lo cual se une la interacción de diferentes tipos de recursos multimedia en un solo libro – audios, videos, tutoriales, ejercicios interactivos, etc. – algo impensable con los tradicionales libros en papel.
Pero las bibliotecas universitarias no son únicamente repositorios de colecciones del conocimiento ya afianzado; son la ventana para incursionar en el progreso de la ciencia y hacer avanzar de este modo las fronteras de dicho conocimiento.
Es por ello que con sus anteriores hemerotecas, hoy transformadas en centros de recursos electrónicos para el acceso a información científica, bases de datos bibliográficas y otras diversas herramientas innovadoras como los bancos de datos de investigación, patentes o sistemas para realizar vigilancia tecnológica, las bibliotecas son fundamentales para estudiantes y profesores en su labor de indagación e investigación con el propósito de producir nuevo conocimiento.
Además de esto, a las bibliotecas universitarias se les confía la tarea de acercar, motivar y animar a los estudiantes en el aprovechamiento de los recursos informacionales para que junto con sus profesores potencien su uso. Las bibliotecas universitarias son además centro de reunión para el acceso a la lectura y en general a la cultura, de la comunidad universitaria e incluso, de otros públicos cercanos o circundantes a las universidades.
De allí, que para hablar de calidad de las instituciones de educación superior – que en Colombia comprenden las universidades, las instituciones universitarias, las escuelas técnicas y las instituciones técnicas y tecnológicas – es necesario hablar de calidad de las bibliotecas universitarias. Esta calidad se expresa en el valor y utilidad de sus colecciones tanto físicas como electrónicas, en los servicios que brindan a sus usuarios y en sus procesos bibliográficos, especialmente.
Tanto las nuevas exigencias para la obtención del registro calificado de programas académicos, como los nuevos lineamientos para la acreditación en alta calidad de programas e instituciones del Ministerio de Educación Nacional de Colombia - MEN -, han ratificado justamente la importancia de los recursos bibliográficos como parte de los medios educativos entendidos como los materiales, instrumentos y recursos que facilitan y apoyan los procesos de enseñanza - aprendizaje, para hacer de la educación superior una educación cada vez de mayor calidad.
En el actual contexto colombiano, para aquellos profesionales responsables de las bibliotecas universitarias interesados en ahondar en el aseguramiento de la calidad y su impacto en la gestión bibliotecaria les recomiendo consultar el Decreto 1330 de 2019 y las resoluciones 15224 y 21795 de 2020 emitidos por el Ministerio de Educación Nacional de Colombia - MEN -, que establecen las condiciones de calidad del registro calificado de programas académicos y sus parámetros de autoevaluación, verificación y evaluación, así como el Acuerdo 02 de 2020 del Consejo Nacional de Educación Superior – CESU – que actualizó el modelo de alta calidad de instituciones y de programas académicos.