Bibliotecaria Chilena
La formación de ese futuro lector, usuario autónomo y crítico de la información que ve en los medios de comunicación como la única fuente de información, comienza con un cúmulo de prácticas sociales que los rodean desde su nacimiento a llegar a la etapa escolar. Esos niños pasan a ser lectores innatos del mundo; de su propio mundo, evolucionando, despertando, construyendo y reconstruyendo el puente entre la vida diaria y la literatura.
Somos los profesionales de la información, los llamados a lograr que este proceso sea bien desarrollado y que el pequeño lector se convierta en una persona crítica capaz de valorar la información que emerge del medio que lo rodea, con capacidad de escucha; de formar sus propias opiniones, trabajando en unidad con los docentes de cada comunidad escolar. Por tanto, el fomento a la lectura y la instrucción e inmersión en ella, es un circulo virtuoso que, si se guía de manera acertada estaremos formando agentes de cambio y en consecuencia, un mundo más amigable con todos los aspectos de la vida.
En Chile ocurre algo que desde mi punto de vista se debe al alto desconocimiento respecto de nuestra labor como bibliotecarios y tiene que ver con la valía de cualquier profesional. Tal como un arquitecto, ingeniero o médico, cada quien en su área, es relevante e importante y no reemplazable. Así como nadie puede hacer la labor del dentista, del abogado o arquitecto, así mismo las bibliotecas escolares deben estar bajo la dirección de un bibliotecólogo o en su efecto, un técnico en bibliotecología. Cómo se dice en mi país: "pastelero a tus pasteles".
Cómo especialista en biblioteca escolar desde el año 2015, he pasado por varios establecimientos educacionales y he evidenciado como en los colegios a cargo del estado tienen bibliotecas escolares desarticuladas, con personal no idóneo para desempeñar las funciones del cargo, pues resulta más rentable mandar al profesor a punto de acogerse al retiro, al auxiliar de servicio o a la secretaria multifuncional a estar tres horas al día en la biblioteca pasando libros y sacando fotocopias, que contratar a un profesional que le dé el sentido y la posición que la biblioteca escolar como centro de recurso y desarrollo del aprendizaje debe tener dentro del establecimiento, cosa que no se cumple, y menos en escuelas bajo dirección de los municipios.
Según la publicación de el diario La Estrella de Valparaíso, en los colegios pagados desde kínder se tiene acceso a libros y textos que estimulan y fomentan el desarrollo de habilidades lecturas.
No así en los colegios municipales, en donde le asignan toda la labor del fomento y promoción de la lectura al profesor, dejando a un lado el apoyo que los profesionales de la información y bibliotecarios escolares pueden ofrecer.
Pude ser testigo presencial de como las plazas de trabajo de los profesionales de la información en bibliotecas y Centros de Recursos para el Aprendizaje - CRA - son ocupadas por personas sin competencias en el cargo; sin una preparación académica que contribuya a su dinámica o mejoren y lideren los procesos formativos de los alumnos. Debido a esto no se propicia un acercamiento al aprendizaje y a literatura que puedan generar oportunidades educativas a partir de las actividades que en estos centros se desarrollan.
El bibliotecólogo escolar en Chile: su valía en bibliotecas de escuelas y colegios
Y como no preocuparse si según el Chile Policy Brief sobre educación y competencias elaborado por la OCDE en 2018, "Alrededor del 28% de los alumnos en Chile carece de las competencias necesarias para leer y entender textos sencillos, o para dominar conceptos y procesos matemáticos y científicos básicos" y “Sólo el 1,6% de los adultos alcanza los niveles más elevados de competencia en comprensión lectora, en comparación con el 10,6% de media en los países participantes de la OCDE”. La médula espinal de los establecimientos escolares son precisamente los Centros de Recursos para el Aprendizaje - CRA - y los profesionales de la información que en ellos laboran, pues fuimos formados académicamente para aportar al desarrollo de habilidades que propicien la formación de lectores actuales, futuros y permanentes, nuestros niños y jóvenes.
Este es sólo un pequeño panorama de lo que pasa en Chile y que yo como bibliotecaria soy testigo. Quiero invitarte a que compartas tu experiencia ya sea de tu país o tu biblioteca escolar. Es importante que más bibliotecarios alcemos la voz, nos hagamos sentir y demostremos al mundo la importancia de las bibliotecas escolares y de los profesionales de la información a cargo de ellas.
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