Por: Rodrigo Posada Bernal
Docente universitario
Podríamos afirmar que todos nuestros actos son consecuencia de un proceso de toma de decisiones que cada uno de nosotros elabora en forma personal e íntima. Este proceso no es puntual, es algo que constantemente estamos realizando. Si analizamos los aspectos más sencillos de nuestra vida, así como aquellos que implican cambios drásticos, encontraremos que todos ellos son actos de toma de decisión.
Tomar decisiones lo podemos interpretar como la acción que nos permite resolver una situación que se nos presente, cuando existen dos o más posibilidades para solucionar dicha situación; y pocas son las circunstancias de nuestra vida que no nos presentan varias opciones para resolverlas. Si solamente tenemos una opción para resolver algo en nuestra existencia, entonces aquí no existe un proceso de toma de decisiones, simplemente nos tenemos que acomodar a las circunstancias y efectos de esta única solución. Pero lo que sí tenemos que considerar es que la mayoría de nuestras situaciones las tenemos que resolver eligiendo entro dos o más opciones pertinentes, y es aquí, en la elección del curso de acción que pongamos en marcha, donde nuestra vida tomará el curso que le demos.
Ahora, la toma de decisiones es una consecuencia de un acto personal, individual y libre, con la cual cada persona define su futuro. Nadie toma las decisiones por otra persona, si alguien permite que otra persona decida por ella, entonces, esta fue su decisión. Pocas cosas de nuestras vidas pertenecen al mundo del azar y la suerte, un gran porcentaje de lo que nos acontece, obedece a una toma de decisiones que en algún momento realizamos. Y las decisiones que tomemos perfilaran nuestra vida.
La toma de decisiones implica acción, implica poner en movimiento la realidad, para hacer que las cosas ocurran, y las cosas ocurrirán según el tipo de decisión que tomemos, por esto es muy importante elaborar a conciencia nuestros propósitos en la toma de decisiones. No actuar, no hacer nada frente a las diferentes circunstancias de nuestra vida que requieren intervención, esa es nuestra decisión.
Recordemos, solo nosotros tomamos nuestras decisiones y de ellas depende cual es nuestro estado de vida en el presente y cual será nuestro futuro, pero tenemos que decidir y actuar en concordancia con lo que queremos lograr.
Obviamente, todo proceso de toma de decisiones debe estar inmerso en el contexto de la ética; las personas acopian información de sus vivencias, recolectan información nueva y determinan sus prioridades, y luego pasan al campo de la acción, la cual debe regirse por los compendios de la ética.
La ética orienta a los individuos a tomar decisiones justas y honestas, frente a la sociedad y frente a uno mismo. En la toma de decisiones debemos valorar la autonomía que poseemos sobre nuestra acción, frente a las alternativas que consideramos que son válidas para resolver nuestras situaciones, pero esta autonomía debe estar acompañada de estrictos modelos éticos para que nuestras decisiones sean racionales.
Como lo expresa Adela Cortina, en su obra “10 Palabras Clave en Ética de las profesiones”, “la ética es un tipo de saber que pretende orientar la acción humana en un sentido racional, visualizándose en dos modos; por una parte, aprender a tomar decisiones prudentes, y por la otra, aprender a tomar decisiones moralmente justas”.
La toma de decisiones es un proceso sencillo, pero responsable, que nos lleva desde el análisis de una situación que tenemos que resolver, pasando por la identificación y análisis de las diferentes alternativas, para finalmente llegar a la acción, sin olvidar que se nos presentarán decisiones vinculadas generadas por las decisiones que tomemos, las cuales tendremos que solucionar también en forma oportuna.
Pero siempre tenemos que recordar que el proceso de toma de decisiones es individual, es personal, es un hecho solitario, que nos lleva al campo de nuestra acción; por esto nuestra toma de decisiones es…nuestra decisión.
Rodrigo Posada Bernal. Colombia
Economista Industrial, especialista en pedagogía y Magíster en Ciencias de la Administración, con amplia experiencia en el área comercial, recursos humanos y finanzas. Reconocido desempeño en la Empresa privada, en las áreas de dirección, planeación, gestión comercial y control. Se posee una significativa trayectoria en Instituciones de Educación Superior, en diferentes asignaturas del orden humanístico, técnico y administrativo.
Actualmente profesor de tiempo completo en la Universidad CES, adscrito al departamento de Humanidades y profesor de cátedra de la universidad EAFIT.
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